Motines, encamisadas, cenáculos, cultura, bailes, disidencia, religiosidad, activismo social, abordajes y pensamientos corsarios desde la otra orilla del Guadalquivir, un islote de rebeldía y libertad.

viernes, 11 de mayo de 2012

JÓVENES BÁRBAROS


Trípoli, 26 de abril de 1289. La ciudad, hasta entonces en manos cristianas, lleva más de un mes sitiada por las tropas sarracenas del sultán Qalawun. Las autoridades de la ciudad, gobernada por Lucía de Trípoli, habían sido advertidos del peligro por Guillermo de Beaujeu, Gran Maestre del Temple, pero su aviso cayó en saco roto. A pesar de los refuerzos recibidos (tropas hospitalarias, templarias, francesas y chipriotas), dos de las torres principales –entre ellas la del Hospital– han caído ya y los que todavía pueden, huyen antes de caer bajo el temible filo sarraceno.

Doña Lucía, los mariscales del Temple y del Hospital, así como el Senescal de Jerusalén, Sir John de Grailly, logran escapar por mar. El resto de la población, que no quiere o no puede escapar a tiempo, espera con resignación su inminente final. Mientras la mayor parte de los defensores han huido, desatendiendo sus puestos, unos pocos valientes intentan resistir los ataques de las tropas de Qalawun. Entre ellos, dos caballeros vestidos de blanco y con una visible cruz roja sobre su hombro izquierdo: los templarios españoles Pedro de Moncada y Guillermo de Cardona. El primero de ellos, catalán de nacimiento, había ocupado el puesto de Maestre provincial de Aragón entre 1279 y 1282. Los dos caballeros pelean fieramente, espada con espada, pero las brechas abiertas en las murallas dejan pasar sin problemas a las huestes musulmanas y los templarios sucumben sin remedio.

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