La experiencia histórica ha demostrado que quitando estatuas, símbolos, inscripciones, etc... no se modifican los hechos ocurridos. Cualquiera que sea el juicio de cada persona la historia dará el suyo. Así la damnatio memoriae, no vale para cambiar la sociedad, sino solo para envenenarla, ya que viene a representar no más que una actitud de revanchismo.
Las Universidades Laborales españolas son un conjunto de centros educativos promovidos por el Ministerio de Trabajo que en aquel entonces dirigía el falangista Girón de Velasco, que se enmarcaron dentro de un ambicioso proyecto destinado a la formación de los hijos de los menos pudientes en una triple dimensión: humana, técnica y profesional.
Los inmuebles que albergaban estas instituciones ocupan una posición importante dentro de la historia de la arquitectura reciente de nuestra nación. Son propuestas formuladas en el momento de recuperación de los principios modernos, tras el paréntesis que supone la Guerra y la autarquía, y están realizadas por arquitectos cuyo oficio ofrece garantías de soluciones más que correctas. Se trata de proyectos heterogéneos repartidos por toda la geografía española, a medio camino entre la escala edificatoria y urbana de gran complejidad programática.
El espíritu que motivaba la creación de esta institución queda reflejado en este extracto de la alocución del rector de la Universidad Jose Antonio:
"Las Universidades Laborales no pesan sobre los caudales públicos; son organizaciones financieramente autónomas, dirigidas y tuteladas por los trabajadores mismos, para garantizar la educación de sus hijos. Y ello sin la pretensión de convertirse en instituciones clasistas, sino con la firme voluntad de vivir en armonía con las demás instituciones docentes del Estado.
Forjar hombres que sirvan a Dios y a España. Este sencillo lema resume y sintetiza todo el ambicioso propósito de la Universidad laboral y exime de una más amplia disertación.
Hemos de forjar trabajadores capacitados en la esfera de la cultura y de la técnica. España reclama brazos útiles y cerebros fecundos para acrecentar su riqueza agrícola e industrial. La juventud demanda horizontes de estudio y de trabajo, donde desarrollar su vocación y donde insertar la vida profesional de su porvenir. He aquí otra faceta importantísima, además de la formación humana, de la misión que incumbe a las Universidades Laborales."