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domingo, 9 de febrero de 2014

MATÍAS MONTERO ¡PRESENTE!


Afiliado en un primer momento a la FUE madrileña, como muchos estudiantes de aquellos años, poco después Matías se convierte en miembro de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS). A finales de 1933 será uno de los primeros afiliados de Falange Española, cuando el joven sólo suma 20 años de vida. Desde el inicio de su militancia destaca como uno de los jóvenes más entusiastas de la causa falangista, lo que le lleva a escribir en la sección universitaria del semanario "FE", concretando allí las primeras consignas estudiantiles del falangismo.

Como respuesta a una agresión de la izquierda contra un camarada de Medicina (carrera en la que Matías ya estudia quinto curso), y junto con Agustín Aznar, Montero encabeza el 25 de enero de 1934 el asalto del SEU madrileño al local de la FUE en la Facultad de Medicina de San Carlos, antes citado. Por esta razón, los socialistas deciden poner en su "punto de mira" al joven seuista.

El 9 de febrero, por la tarde, la noche ya se echa sobre Madrid. Tras participar en la venta del número 6 de "FE", Matías regresa a su casa, en la calle Marqués de Urquijo, 21 - 3º, en el barrio de Argüelles. El joven falangista, que es huérfano, vive allí con sus dos hermanos y con dos tíos suyos, empleados de la Compañía Telefónica.

Hacia su casa, pues, se dirige Matías, por la perpendicular calle Juan Álvarez de Mendizábal. En ella le esperan dos izquierdistas. Uno de ellos es Francisco Tello Tortajada, obrero afiliado al PSOE y a las Juventudes Socialistas e integrante de "Vindicación", grupo formado por miembros del sindicato socialista UGT. Dispuesto a todo, Francisco Tello esconde una pistola...

Matías Montero no tiene tiempo de ver a sus agresores, de darse cuenta de su último momento ni de intentar una última defensa de su vida. Dos disparos se ensañan con él, a traición, otra vez por la espalda...

Ambos tiros alcanzan a Matías en el corazón, provocándole rápidamente la muerte. No obstante, su asesino aún se acerca a rematarle, ya en el suelo, con otros tres disparos en el estómago, tras lo cual huye, dejando a Matías tendido en el suelo, rodeado de un charco de sangre.

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