Era el día 27 de diciembre de 2011 cuando arrendamos un local en el distrito de Sant Martí de Barcelona, concretamente en el número 333 de la calle Independencia, ubicado justo encima de una sede de Correos. Un local que daría vida a la Asociación Casal Tramuntana y que se convertiría en el centro neurálgico de ésta.
Resulta casi imposible intentar resumir estos 30 meses de vida en unas pocas líneas. Las centenares de acciones y actividades desarrolladas han generado tal cantidad de historias, anécdotas y momentos inolvidables más propios de ser contados en un libro que resumidos en un comunicado.
Más allá de la incesante actividad cultural, solidaria, política, gastronómica, deportiva, artística y lúdica,el Casal Tramuntana ha sido un espacio dónde se han cimentado inquebrantables vínculos de amistad, de compañerismo, de camaradería, dónde ha nacido el amor, dónde hemos jugado y crecido con nuestros hijos, dónde hemos compartido alegrías y penas. Circunstancias que nos han hecho crear un vínculo emocional convirtiendo sus paredes en nuestro propio hogar.
Un local que ha sido también punto de encuentro con los vecinos del distrito de Sant Martí, algunos de los cuales se acercaron inicialmente dubitativos pero con los que hemos acabando haciendo muy buenas migas, hasta el punto que varios se han hecho socios y muchos más han participado en diferentes actividades del Casal Tramuntana. Nos llena de orgullo y no podemos pasar por alto que la mayoría de beneficiados de nuestro banco de alimentos son familias del barrio, familias que hemos ayudado, en la medida de nuestras posibilidades, no sólo con nuestro banco de alimentos, sino también a encontrar trabajo y a solucionar diferentes problemas, y con cuyo cariño, afecto y agradecimiento nos han pagado sobradamente cualquier esfuerzo que hayamos hecho.
El local que hace más de 2 años nos parecía enorme se nos ha ido quedando pequeño, y su distribución y algunas de sus características se han convertido en un lastre para desarrollar nuevas actividades, y para poder seguir creciendo. Una vez subsanados todos los aspectos logísticos, y encontrado la manera para no cesar nuestras actividades solidarias, (especialmente nuestro banco de alimentos con la finalidad de que ninguna familia de las que ayudamos se quedase temporalmente en la estacada), esta semana y tras 907 días de frenética actividad, abandonamos el local de la calle independencia 333, con algo de nostalgia por los memorables momentos vividos, pero con mucha ilusión para encarar el futuro.
Resulta casi imposible intentar resumir estos 30 meses de vida en unas pocas líneas. Las centenares de acciones y actividades desarrolladas han generado tal cantidad de historias, anécdotas y momentos inolvidables más propios de ser contados en un libro que resumidos en un comunicado.
Más allá de la incesante actividad cultural, solidaria, política, gastronómica, deportiva, artística y lúdica,el Casal Tramuntana ha sido un espacio dónde se han cimentado inquebrantables vínculos de amistad, de compañerismo, de camaradería, dónde ha nacido el amor, dónde hemos jugado y crecido con nuestros hijos, dónde hemos compartido alegrías y penas. Circunstancias que nos han hecho crear un vínculo emocional convirtiendo sus paredes en nuestro propio hogar.
Un local que ha sido también punto de encuentro con los vecinos del distrito de Sant Martí, algunos de los cuales se acercaron inicialmente dubitativos pero con los que hemos acabando haciendo muy buenas migas, hasta el punto que varios se han hecho socios y muchos más han participado en diferentes actividades del Casal Tramuntana. Nos llena de orgullo y no podemos pasar por alto que la mayoría de beneficiados de nuestro banco de alimentos son familias del barrio, familias que hemos ayudado, en la medida de nuestras posibilidades, no sólo con nuestro banco de alimentos, sino también a encontrar trabajo y a solucionar diferentes problemas, y con cuyo cariño, afecto y agradecimiento nos han pagado sobradamente cualquier esfuerzo que hayamos hecho.
El local que hace más de 2 años nos parecía enorme se nos ha ido quedando pequeño, y su distribución y algunas de sus características se han convertido en un lastre para desarrollar nuevas actividades, y para poder seguir creciendo. Una vez subsanados todos los aspectos logísticos, y encontrado la manera para no cesar nuestras actividades solidarias, (especialmente nuestro banco de alimentos con la finalidad de que ninguna familia de las que ayudamos se quedase temporalmente en la estacada), esta semana y tras 907 días de frenética actividad, abandonamos el local de la calle independencia 333, con algo de nostalgia por los memorables momentos vividos, pero con mucha ilusión para encarar el futuro.
Tras meses de búsqueda hemos encontrado un local más grande que se adapta a nuestras nuevas necesidades. Ha sido una larga búsqueda para encontrar el local idóneo sin cambiarnos de distrito.
Era fundamental para nosotros seguir manteniendo ese vinculo tan especial que hemos creado con el barrio y con muchos vecinos. Así que en las próximas semanas podremos inaugurar nuestro nuevo local en la calle Alcalá de Guadaira, 22 manteniéndonos como queríamos en el distrito de San Martí.
Os pedimos paciencia hasta la apertura y toda la ayuda que nos podáis brindar.
La lucha continua hoy mas que nunca. ¡Adelante Casal Tramuntana! Larga vida a nuestra lucha.
