Motines, encamisadas, cenáculos, cultura, bailes, disidencia, religiosidad, activismo social, abordajes y pensamientos corsarios desde la otra orilla del Guadalquivir, un islote de rebeldía y libertad.

viernes, 19 de septiembre de 2014

SOBRE EL DESALOJO DEL HOGAR SOCIAL RAMIRO LEDESMA

Hoy hemos amanecido con la triste noticia del desalojo del Hogar Social Madrid - Ramiro Ledesma. A las ocho de la mañana, cuando en el interior solo se encontraban tres personas sin recursos pernoctando, la Policía Nacional entraba en el edificio para desalojarlo. Los ocupantes no han puesto resistencia, pero la Policía les ha impedido sacar todos los kilos de comida que se encontraban dentro del edificio para el reparto solidario. Solo les han dado 5 minutos para sacar las pocas pertenencias que pudiesen coger. 

Cabe destacar que no han esperado el tiempo que la ley marca para el recurso. Y es aquí donde a uno le hierve la sangre. La Policía fue a buscar a los propietarios del inmueble -ciudadanos chinos implicados en la trama de Gao Ping- para que pusieran la denuncia, algo que es totalmente inusual. El Estado ha estado interesado en todo momento en devolver el inmueble a unos supuestos criminales. Todo para quitar del medio a la verdadera Disidencia, a la verdadera Resistencia. Para desalojar un inmueble que era utilizado por chavales no para su ocio, sino para ayudar a sus compatriotas, para cubrir unas necesidades básicas que el Estado no hace. Y que las ONGs que lo hacen, dedican preferentemente a población foránea.

Contrasta el caso con las decenas de okupas tomadas por miembros de la extrema izquierda. Lugares en muchas ocasiones que solo se usan para fiestas -con sus consecuentes molestias para los vecinos- y trapicheos. Okupas que no tienen fin social, y que tardan en desalojar años. En Sevilla hemos tenido el caso de la CSOA Sin Nombre del barrio de San Bernardo. Casi una década okupada por estos personajes que solo organizaban conciertos, reuniones de grupos violentos (como la Coordinadora Antifascista de Sevilla), peleas y trifulcas constantes y acumulación de drogas y bebidas alcohólicas.

Esto demuestra que la extrema izquierda no es más que el brazo armado del sistema. El sistema usa a la extrema izquierda -a la que subvenciona- para controlar a la verdadera resistencia. A los verdaderos ANTISISTEMAS. 

Caen nuestros muros, pero no nuestros corazones.

Enviado por: S.C.